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El negocio de las drogas y el gran capital

Ernesto Acolmixtli

        ¿Hay relación entre el gran negocio de las drogas y los dueños del capital?, ¿son los empresarios capitalistas hombres honrados y trabajadores, por ejemplo, los banqueros afamados, los grandes industriales; o éstos se relacionan y benefician con el negocio de las drogas en México y el mundo?


Responder a estas preguntas es difícil para nosotros los trabajadores pues la verdad la ocultan muchas veces las mismas personas que están relacionadas con los negocios ilícitos: grandes políticos, empresarios y medios de comunicación que son propiedad de poderosos capitalistas.


Tratemos de investigar un poco sobre este fenómeno para acercarnos a la verdad y entender por qué es tan poderosa la producción y el consumo de drogas en este sistema económico explotador capitalista y cómo las campañas contra los narcotraficantes son más bien simulación de los gobiernos para ocultar ese gran problema, distraernos con historias de balazos y permitir que ese negocio crezca.


Primero mencionaremos algunos datos para hacernos una idea de cuán grande y rentable es el negocio de las drogas.


Para 2020 y en plena pandemia, 284 millones de personas consumieron drogas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta cantidad de consumidores que demanda drogas diariamente, crece en número también todos los días. Por otro lado, se sabe que este consumo mundial es capaz de generar fortunas exorbitantes como los 500 mil millones de dólares que generó en 2013, que creció para 2015 hasta 750 mil millones de dólares y que para el año 2022 se estima que rebasó el billón de dólares (ONU. Oficina contra Drogas y el Delito). Estas fabulosas ganancias son generadas solo por tres productos del narcotráfico: opiáceas, drogas sintéticas y la popular marihuana.


La producción de estupefacientes, aunque tenga carácter de ilegal, es “carne de la carne y sangre de la sangre” del sistema  capitalista globalizado y por tanto, cual debe de ser, cuenta con toda la estructura necesaria para la producción de drogas a escalas y ritmos industriales, con eficientes conexiones y canales comerciales, para llevarlos a todos los rincones del planeta y, desde luego, cuenta con toda la estructura financiera sin regulación o con la  regulación necesaria para lavar dinero e inyectar esas enormes ganancias hacia empresas financieras totalmente “legales y respetables” que, finalmente, lo prestan ya “legitimado”, a la esfera productiva, bancaria y comercial de todo mundo; o bien, destinados a gobiernos para su recapitalización. Es al final de todo, ¡capitalismo neoliberal en su forma más pura!


Tomemos el ejemplo de Estados Unidos que es el mayor mercado del mundo, según los datos de la Encuesta Nacional Sobre el Uso de las Drogas y la Salud (NSDUH, 2020, Estados Unidos). Este país por sí solo tiene a 59 millones de personas que usaron drogas ilícitas en 2020; de esos adictos, 49 millones usaron marihuana cotidianamente y 9.5 millones de esos norteamericanos consumieron opioides cotidianamente (heroína, cocaína etc.). El gran mercado mundial de las drogas es Estados Unidos, pero ya en el mundo entero se ha constituido toda una economía ilegal, hoy llamada por especialistas “Economía Criminal” que coexiste y se funde íntimamente con la economía formal o legal, que es parte medular del sistema capitalista generador de plusvalía y acumulación de capital. El narcotráfico es una industria global perfectamente organizada, desde su producción en los campos de Afganistán que produce el 92% del opio mundial, o de Colombia con la mayor producción de hoja de coca o desde las casas de los mismos norteamericanos donde se produce en macetas el 51% de toda la marihuana que consume su país y donde hay el mayor número de marihuanos del mundo. Para abundar en el caso, diremos que: “La venta de drogas en Estados Unidos alcanzó los 127 mil millones de dólares en ganancias anuales, solo en el comercio de cocaína, heroína y marihuana”. (Oficina de Las Naciones Unidas Contra la Droga y el delito).


Esta industria parte de sus bases de explotación en los lugares de producción como toda mercancía y se disuelve en la esfera de la distribución de las mercancías con ganancias extraordinarias porque el mercado consumidor tiene que pagar la ilegalidad” disponiéndose a costear precios extraordinarios; requiere de decenas de miles de productores y de una gran flota internacional de transporte eficiente por mar, tierra o aire, que trabaje día y noche en el continente americano y europeo o en cualquier lugar del mundo. Se requiere también de decenas de miles empaquetadores y distribuidores a lo largo de sus rutas para llegar a esos 59 millones de norteamericanos adictos, uno por uno, en el inmenso territorio norteamericano, con consumidores desesperados por recibir su dosis vital de droga.


¿Y en México, cómo masca la iguana? El Consejo Nacional Universitario de la UNAM elaboró un trabajo de investigación en 2018, dirigido por el especialista José Luis Calva, y encontró que el narcotráfico genera en México 600 mil millones de pesos al año (30 mil millones de dólares aproximadamente). ¡A cabrón!, entonces, ¿quién? o ¿quiénes son los beneficiarios de esas enormes fortunas anuales aquí en la tierra de los López?, ¿qué hacen con esas grandes cantidades de dinero contante y sonante?, ¿cómo hacen para incorporar esa gran masa de dólares a la economía sin ser denunciados o descubiertos o incautados por el gobierno de la Cuarta Transformación?


El investigador Argentino Julio Sevares (www.argentina.attac.org) nos ofrece una explicación para EUA pero cierta para muchas otras naciones. En su artículo “El Dinero Sucio, Sangre del Sistema Económico y el Poder”, dice: después de recoger los billetes verdes en las calles de las ciudades norteamericanas, inicia su reinversión en bienes inmuebles, bienes muebles, joyas y arte. Simultáneamente, otra parte se envía a los campos o laboratorios productivos y comercializadores. Pero como la cantidad es tan fabulosa y no se puede ocultar, se sabe que las proporciones mayores del dinero del narcotráfico se destinan a instituciones financieras que no están en el mercado regulado, pero que tiene miles de vasos comunicantes con las más grandes y prestigiadas instituciones financieras del primer mundo.


  Estas casas del lavado y blanqueo del dinero que sale del crimen, se les conocen como sociedad offshore o bancos corresponsables. Estas, son instituciones financieras que se fundan en paraísos fiscales como las Islas Caimán o Las Bahamas y en donde sus leyes nacionales no exigen ningún tipo de vigilancia o fiscalización, no tienen ningún tipo de regulación ni obligaciones internacionales. De tal manera, que no están obligadas a revelar sus clientes, directivos, cuentas ni cantidades que circulan por sus computadoras. A su vez, estos bancos offshore tienen cuentas en bancos extranjeros reales y allí depositan sus capitales. Pero si el lavado requiere más limpieza, se complica más el proceso recurriendo al ‘nesting otejer un nido que consiste en que el dinero depositado en un banco offshore, se deposita en otra cuenta de un banco extranjero, que a su vez tiene cuenta en otro banco extranjero a donde se transfiere y así a otro hasta desaparecer todo rastro del origen criminal, hasta llegar a los grandes y deslumbrantes bancos suizos o ingleses o norteamericanos. Hecho esto, es canalizado por fin en forma de créditos de inversión, a las grandes empresas de la industria automotriz o alimentaria o de televisión o bien a los propios gobiernos que lo solicitan. Estos bancos lavadores funcionan en todo el mundo, en el centro de Londres, en Mónaco, en Tokio, en Delaware a pocos minutos de New York y Wall Street”.


¡Está claro! La economía criminal o el gran negocio del narcotráfico bendice a todos los capitalistas honestos o criminales, a muchos les salpica el negociazo, por eso nadie los toca y muchos gobiernos los protegen descaradamente, ¡abrazos no balazos!, dice López Obrador en México.

        Toda esta cadena de producción, venta de drogas, lavado e inversión de dinero del crimen, encuentra su verdadera razón de existir en la voraz ambición de los capitalistas para incrementar su ganancia; hacia los poderosos del mundo fluyen los 750 mil millones de dólares o más, que hoy produce el narcotráfico año con año, sin importarles a estos poderosos que la juventud del mundo enloquezca por la droga o que bañe de sangre a los hijos de los obreros que la pobreza arroja a las filas del crimen organizado y que son millones. ¡Conozcamos mejor a los capitalistas, compañeros trabajadores!


1 comentario en “El negocio de las drogas y el gran capital”

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