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Opinión invitada: Ricardo Valencia*
La Reforma laboral de 2019 se presentó como una solución milagrosa a todos los problemas enquistados en las viejas Juntas de Conciliación y Arbitraje; corrupción, tardanza, parcialidad en las resoluciones, atención burocrática, etc. Pero el nuevo sistema ha engendrado nuevos problemas, entre ellos, que permite la realización de acuerdos leoninos.
Pero ¿qué es un acuerdo leonino? En derecho se usa esta palabra para referirse a acuerdos que solo benefician a una de las partes, que son abusivos e inequitativos, que se construyen a partir de una injusticia.
El nuevo sistema laboral obliga a que casi todos los conflictos entre el capital y el trabajo, excluyendo los asuntos colectivos, seguridad social, acoso, etc., agoten una etapa prejudicial, es decir, un periodo de pláticas donde se busca conciliar los intereses contrapuestos entre el capital y el trabajo para que así se eviten las demandas.
En estas conciliaciones la labor de las personas conciliadoras, que son funcionarios de gobierno, es impedir que existan acuerdos donde el trabajador o trabajadora renuncien a sus derechos, porque los derechos del trabajo son irrenunciables. Pero como siempre, la ley es una y la realidad otra.
En muchas ocasiones el trabajador que inicia un proceso legal de este tipo busca obtener una cantidad de dinero que corresponda a los montos establecidos por la ley, pero los abogados patronales no tienen interés en escuchar las problemáticas laborales que sufre el trabajador ni mucho menos conciliar intereses, solo buscan cuantificar el conflicto y ofrecer una cantidad de dinero, por lo general baja, para esquivar una demanda.
Las empresas, conocedoras de que la clase obrera depende de su trabajo para proveerse de lo necesario para vivir, ofrecen siempre cantidades insultantes, que luego de semanas sin empleo, sin ingresos, parecen atractivas para el trabajador y que, de aceptarse, implican una evidente renuncia a sus derechos laborales, algo ilegal.
Si el trabajador o trabajadora se niegan a aceptar acuerdos leoninos entonces hay que iniciar el juicio, contratar a un abogado, acumular pruebas, asistir a audiencias, etc. Proceso que en muchos casos la situación personal que enfrentan no se los permite.
La clase trabajadora debe entonces conocer sus derechos para defenderlos por su propia cuenta, y más aún, debe de organizarse en sindicatos independientes y democráticos para defender sus derechos. Aunque esto no es garantía de evitar abusos patronales ni acuerdos leoninos, es una mejor herramienta de defensa que enfrentarse en solitario frente a una patronal explotadora.
El nuevo sistema de justicia laboral no solo no ha dado solución a los problemas del viejo sistema, sino que ha creado otros, entre ellos, la legalización de la renuncia de derechos laborales y la legalización de acuerdos leoninos a favor de la patronal.
* Abogado de trabajadores y sindicatos en el Estado de México.
