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Ulises Bracho
Una de las peores noticias que puede recibir un trabajador es que la empresa donde labora cerrará por “falta de inversión, baja demanda de las mercancías que produce para el mercado, etc.». Y de la noche a la mañana, los obreros son despedidos en masa quedándose en el total desamparo. Sin embargo, la prioridad de llevar el sustento a su casa exige que al día siguiente los trabajadores salgan a buscar trabajo donde sea, sin tener una variedad de opciones. En este golpe de realidad, los obreros están obligados a conocer de fondo el mecanismo económico-social que facilita al patrón despedir a los trabajadores, haciendo a un lado sus mil y una justificaciones.
En este sentido, la causa fundamental del despido, sea individual o masivo, se encuentra determinada en el constante crecimiento del capital o la riqueza del empresario. De sus enormes ganancias que obtiene el patrón del jugoso trabajo de los obreros, una buena parte se invierte en lo que se llama capital constante, es decir, la inversión en todos los medios que utiliza el trabajador para producir mercancías llámese naves industriales, energía eléctrica, computadoras, transportes, maquinarias, etc. Y otra parte que invierte es en el capital variable, lo que los economistas señalan como el dinero que el dueño paga en salarios a los trabajadores.
Por supuesto que el patrón, con su ojo visor de futuro, pensando en sus ansias de enriquecerse cada día más a costa de la explotación de sus trabajadores, invierte mayor dinero en el capital constante y en menor cantidad en el capital variable. De esta manera, el patrón hace más grandes sus empresas o crea nuevas, invirtiendo más en la modernización de sus medios de producción (capital constante) para alcanzar más productividad cada hora, su apuesta es ser el más competente ante las empresas del mismo ramo. En palabras de Ernesto Acolmixtli, en su artículo El despido de obreros, poderosa arma de explotación y control, lo dice así: «Además de productividad (el patrón), tendrá el arma más poderosa para eliminar del mercado a las empresas débiles con las que compite, deshaciéndose de ellas y quedándose con sus consumidores».
Esta apresurada automatización en la producción, originada por el ansia de riqueza de los patrones, ha causado el desplazamiento de trabajadores en cantidades sorprendentes, y ha engrosado cada día el Ejército de Reserva de Trabajo (multitud de trabajadores desocupados que a la fecha incluyen a estudiantes egresados de las universidades). Y la grave situación termina de ilustrarse si consideramos que los mismos patrones echan mano de ese ejército de trabajadores para ofrecerle al obrero un trabajo precario, pues saben que en su bolsillo existe una reserva de despedidos en crecimiento.
Dentro de esta lógica entran los más de mil trabajadores zacatecanos despedidos a lo largo del primer semestre de 2024 de la empresa Aptiv, una empresa global de tecnología que diseña, desarrolla y fabrica soluciones de software y hardware. Aptiv es un líder tecnológico mundial, con más de 200 mil empleados en 138 plantas de manufactura y 11 centros técnicos principales en 50 países de todo el mundo, según su sitio web. Disperso en nueve estados de la república mexicana, Aptiv cuenta con 32 plantas de manufactura con más de 79 mil trabajadores. Cada año en México realizan más de 300 lanzamientos de nuevos productos y embarcan alrededor de 11.7 mil millones de partes hacia el resto del mundo.
El diario NTR, Zacatecas (del 2 de julio de 2024), apuntó que «por tercera ocasión en menos de siete meses se registró un despido masivo en Aptiv. Este lunes, al menos 300 trabajadores de las plantas 2 y 3, ubicados en el municipio de Fresnillo, recibieron el aviso de rescisión de contrato y su liquidación, por lo que suman mil 300 personas que se quedaron sin empleo por baja producción y exportación de arneses para autos a Estados Unidos”. Más adelante agrega que «el primer recorte masivo se registró el 26 de enero de este año, con el despido de 614 trabajadores. El 10 de mayo la empresa dio de baja a 400 personas y el 1 de julio se reportaron otras 300”.
Como podemos observar, la poderosa empresa global Aptiv despide a miles de trabajadores zacatecanos sin la menor consideración de la falta de fuentes de trabajo que predomina en las tierras frenillenses, mientras que en Facebook invierten en campañas publicitarias para el reclutamiento laboral de nuevos miembros para otras plantas. ¿No que había disminuido la exportación de arneses?, ¿y las otras 130 plantas dispersas en todo el mundo, también atraviesan por la misma crisis? Como solía decir José Revueltas «la lógica de este sistema es de una simplicidad brutal», por tanto, el despido masivo de los trabajadores es una ley del capitalismo, pues este sistema motiva que exista un ejército de desempleados para que los trabajadores activos puedan ser despedidos ante el interés de los patrones.
En respuesta, los trabajadores debemos saber que el despido masivo a usanzas de los patrones no solo se debe a su maldita ansia de enriquecimiento, sino que, además, el gobierno conjura a favor de ellos, permitiéndoles toda clase de violaciones laborales contra los trabajadores. Por eso, los obreros tenemos que estar claros que solo una organización obrera, capaz de ser una fuerza auténtica e independiente, es capaz de tomar las riendas de este país y poner en su lugar la lógica brutal de este sistema de explotación.
