Ricardo Valencia
El 22 de septiembre de 2023 a las 5:30 de la tarde más de 400 obreros de Catepillar Oradel, estallaron en huelga representados por el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores, Industrias y Servicios (SNITIS), acabando con más de 30 años de paz laboral en Nuevo Laredo Tamaulipas y luchando contra una de las empresas transnacionales más poderosas del sector automotriz en la región. A siete meses y medio de haber estallado el conflicto, la lucha obrera continua.
Los motivos de la huelga
Los obreros de Catepillar Oradel se adhirieron al SNITIS tras considerar que la CTM se había convertido en un explotador junto con la empresa. Sin embargo, la transnacional despidió al principal activista sindical, Víctor Vergara. En entrevista, este despedido político nos comenta que:
“Me di cuenta de que el obrero está perdido, no hay justicia para el obrero en la frontera y yo creo que en todo México es igual, porque no nomás te despiden, sino que como la CTM tiene el control de los contratos de las maquiladoras en Nuevo Laredo automáticamente quedas boletinado y no puedes entrar a ninguna maquiladora”.
Es entonces que los trabajadores decidieron emprender una difícil y necesaria lucha. Sus demandas no son nada fuera de lo común, están demandando: respeto a su organización sindical; la firma de una nuevo Contrato Colectivo de Trabajo que beneficie a los trabajadores y no solo a la empresa; un aumento salarial del 30%; mejora en sus condiciones de trabajo; y la reinstalación de Víctor Vergara. Además, de luchar por la jornada de 40 horas a nivel nacional.
La postura de la empresa ha cambiado con el tiempo, al inició decidió no sostener comunicación con el sindicato, pero ante la demanda obrera no le quedó otra más que iniciar las negociaciones de un nuevo contrato. Sin embargo, tanto la dirigencia sindical como de los obreros de Catepillar, denuncian que la empresa se presentaba a negociar de mala fe; sin resolver las demandas obreras, sin atender los tiempos legales; sin respetar al sindicato.
Los límites del T-MEC
Al día siguiente de haber estallado en huelga. La representación sindical presentó una queja ante el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida que prevé el T-MEC. Con esto se esperaba forzar a la empresa a ceder, sin embargo, parece que la transnacional no se mueve.
La queja más sentida es por violaciones a la libertad sindical, que incluye el despido político del militante sindical Víctor Vergara. No obstante:
“Nunca reconocieron que a mí me despidieron por el activismo, que estábamos realizando afiliaciones libremente de compañeros a un sindicato diferente al que la empresa maneja”.
El Mecanismo resolvió en contra de la empresa por violar la libertad sindical y la reinstalación de Víctor, pero pese a las sanciones arancelarias que contempla dicha resolución, Caterpillar ha decidido no hacer caso a las demandas obreras ni a la resolución internacional. Los límites de la lucha legal a través del T-MEC radican en el poder del capital, en la protección del gobierno a las empresas y en la lucha proletaria independiente.
Víctor Vergara nos narra su sentir respecto a la vía legal que ofrece el T-MEC:
Luego de ahí ya no nos quedaron esperanzas por lo del T-MEC. Nosotros pensábamos que se tiene que analizar que Caterpillar no ha actuado de buena fe con respecto a la negociación colectiva.
La postura del gobierno ante la huelga
El gobierno siempre va a defender los intereses de la clase social que le puso el en poder. Es durante la lucha que la clase trabajadora puede ver de qué lado está el gobierno sin importar su partido. Víctor, despedido político, declara:
“[…] el gobernador (de Tamaulipas) Américo Villarreal y la presidenta municipal (de Nuevo Laredo) pues no querían problemas aquí y querían que se negociara, que no hubiera connato de huelga, que ahí quedara para no acabar con la paz laboral. Paz laboral que duró 30 años bajo el yugo de CTM, no había habido huelgas en 30 años en Nuevo Laredo”.
Al preguntársele qué percepción tienen los obreros huelguistas sobre las autoridades del trabajo, Víctor explica:
“Los centros federales de conciliación y registro laboral, junto con los jueces, juez local y juez federal, están de parte de la empresa y de parte de la CTM que viene siendo lo mismo… se sientan a la misma mesa a comer…”
La postura patronal
La patronal ha declarado en desplegados de prensa que las demandas obreras no tienen razón de ser ya que el aumento salarial ofrecido es superior al salario mínimo legal, pero hay que recordar que el salario de los obreros de CAT es bajo, y que el aumento de 16% no hace frente a la inflación ni al aumento del costo de la vida en la frontera, más aún si se compara con la riqueza generada por la fuerza de trabajo mexicana. Víctor nos dice:
“Cómo vamos a pedir una cosa irreal, si soy técnico electrónico, y a mí me pagan $60 pesos por reparar una bobina que CAT vende en $2,000 dólares del otro lado, entonces yo no soy tan irreal, la empresa es la irreal”.
Sindicalismo independiente
La huelga de los obreros en Catepillar será un ejemplo para la zona fronteriza, ya sea de victoria obrera o de intransigencia patronal. Como en muchos otros lugares de México, la clase obrera en condiciones indignas, pero aún no se atreve a luchar. Víctor expone con mucha claridad este hecho:
“Porque si ganamos en Caterpillar, los obreros en otras maquiladoras han dicho que va a haber un efecto dominó. Que si nosotros ganamos ellos se van a levantar. Pero yo siempre me he puesto a pensar ¿para qué esperar a que otro gane para tu levantarte y luchar?”