La cola del tren

La cola del tren

Snowpiercer, 16 kilómetros de lucha de clases

Alfredo Lara

Si tu respuesta es afirmativa marca con una palomita:

• Mi jefe puede irse de vacaciones 1 mes y yo sólo 7 días.
• Mi jefe puede llegar en auto y yo en autobús.
• Comeré sólo un platillo de 10 que elabore.

¿Te parece una injusticia?, ¿sientes que por más que trabajas no tienes una vida mejor? Si respondiste que sí te recomiendo ver Snowpiercer, una serie en Netflix de ciencia ficción, posapocalíptica, donde una catástrofe climática ha provocado una nueva era glacial y la extinción de casi toda la vida en la Tierra. Los únicos supervivientes son los pasajeros de un tren gigantesco que circula sin parar alrededor del mundo, impulsado por un motor eterno. El tren está dividido en clases sociales, desde los privilegiados que ocupan los vagones delanteros, hasta los oprimidos que viven en la cola del tren, pasando por los trabajadores, los soldados y los rebeldes que habitan los vagones intermedios.

La serie de Snowpiercer, a mi juicio, presenta una clara analogía con la teoría marxista de la lucha de clases, que sostiene que la historia de la humanidad es la historia de la lucha entre las clases sociales antagónicas, los poseedores y los desposeídos, cuya posición social está definida por su relación con los medios de producción. Según Marx, en el capitalismo existe una inevitable contradicción entre la burguesía, que posee los medios de producción y explota el trabajo ajeno, y el proletariado, que para satisfacer sus necesidades básicas se ve obligado a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario insuficiente. Esta contradicción conduce a una situación de explotación y opresión que sufren los trabajadores, que solo pueden liberarse mediante una revolución que derroque al sistema capitalista y establezca una sociedad comunista, donde los medios de producción sean de propiedad social, colectiva, y se distribuya la riqueza de acuerdo a las necesidades de cada persona.

En la serie de Snowpiercer, el tren representa una metáfora del sistema capitalista, donde los recursos son escasos y se concentran en manos de una élite que controla el poder económico, político, militar y religioso. Los pasajeros de primera clase son la burguesía, que disfrutan de lujos y comodidades, mientras que los de la cola del tren son el proletariado, que sufre hambre, violencia y humillación. Los de segunda y tercera clase son las capas medias, que cumplen funciones de servicio y seguridad, pero que también son oprimidos y manipulados por los de primera. El motor eterno es el símbolo del capital, que genera una ilusión de progreso y estabilidad, pero que en realidad es una fuente de desigualdad y destrucción. El Sr. Wilford (el ingeniero) es el líder supremo del tren, que encarna la figura del capitalista, que se beneficia del trabajo de los demás e impone su voluntad mediante la ideología, la coerción y la violencia.

La serie de Snowpiercer también muestra la resistencia y la rebelión de los pasajeros de la cola del tren, que se organizan para luchar por sus derechos y por una vida digna. Los personajes de Layton, Josie, Zarah, Pike y otros son los líderes revolucionarios que cuestionan el orden establecido y que buscan romper el ciclo de opresión y explotación. Ellos representan el espíritu revolucionario del proletariado expuesto en el marxismo, que propone una transformación radical de la sociedad, basada en la conciencia de clase, la solidaridad, la acción colectiva y la emancipación humana.

La serie de Snowpiercer plantea así una reflexión sobre la vigencia y la relevancia de la teoría marxista en el contexto actual, donde el capitalismo globalizado ha generado una crisis ecológica, social y económica, que amenaza la supervivencia de la humanidad y del planeta.