«En nuestro país existe el modo de producción capitalista pero no siempre fue así.»
Nataly Barrera.
En nuestro país existe el modo de producción capitalista pero no siempre fue así, daré brevemente algunos datos cronológicos. En el periodo prehispánico (2500 años a.C. a 1521) los hombres en grupo cazaban, pescaban y recolectaban frutos de los árboles para alimentarse de acuerdo a su necesidad. Posteriormente, el crecimiento de la población los obligó a desarrollar la agricultura y la ganadería, y con ello el perfeccionamiento de sus herramientas de trabajo que se fueron sofisticando para facilitar sus labores.
Su actividad económica se incrementó, además de satisfacer sus necesidades, se creó un excedente de producción que permitió el intercambio de productos entre tribus o comunidades, nace entonces la propiedad privada no solo de productos y herramientas sino también de los propios hombres, como resultado de las guerras de sometimiento de unas tribus sobre otras, los vencidos perdieron su libertad. Con la llegada de los españoles en 1521, las comunidades nativas estuvieron expuestas a maltratos, a la sobreexplotación y muchos de ellos sucumbieron a la tiranía española, otros eran vendidos y comprados por sus nuevos amos, trabajaban día y noche sin descanso a cambio solo de alimento. Con la propiedad privada, los excedentes de producción, el creciente intercambio de productos, la colonización española y el sometimiento de los hombres laborando como esclavos, desapareció el modo de producción primitivo, surgió y se desarrolló el modo de producción semiesclavista.
Tiempo después esta opresión obligó a los esclavos a no querer seguir viviendo y se dejaban morir, fue una de las formas de rebelarse ante tanta injusticia, los conquistadores se dieron cuenta que perdían cuantiosas riquezas y por ello decidieron darles un poco de libertad, les ofrecieron un pedazo de tierra a cambio de su trabajo. Surge la Hacienda y un régimen económico semifeudal. Un triste engaño pues buena parte de la tierra que ocupaban los campesinos, que les fue arrebatada por los conquistadores, no era fértil o los horarios que tenían que cubrir no les permitían trabajar en su pedazo de tierra. En 1810 vendría la Independencia de México, pero su situación seguía siendo de explotación y sometimiento, donde el alimento y la atención médica no eran seguros para sus familias y terminaban endeudados en las tiendas de raya o con el mismo hacendado, hasta perder su pedazo de tierra. En 1910 estalla la Revolución Mexicana, se extingue el régimen de la Hacienda semifeudal, comienza el desarrollo industrial e inicia el modo de producción capitalista.
En los regímenes semiesclavista y semifeudal la vida de los productores de la riqueza estuvo siempre expuesta a muchas injusticias, surgieron insurrecciones como la Independencia y la Revolución, pero nunca obtuvieron un cambio verdaderamente exitoso para el pueblo trabajador. El advenimiento del sistema capitalista y el perfeccionamiento de los medios de producción trajeron consigo mayor explotación para el trabajador.
En relación a las características del capitalismo en nuestro país existen datos importantes que nos ayudan a comprender la situación que actualmente enfrentamos. De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al 31 de marzo del 2023 se tienen registrados 21 millones 796 mil 280 puestos de trabajo, es decir, trabajadores formales. Y, por otro lado, al 30 de junio de 2023, existen poco más de 32 millones de trabajadores informales.
El capitalismo en nuestro país destruyó el modo de producción semifeudal, ya que para obtener mayor riqueza necesita la mano de obra para producir y hacer crecer sus ganancias. Así ocurrió en Inglaterra Francia, Rusia y el resto de los países del mundo.
Los campesinos no cuentan con recursos económicos para cultivar sus tierras y, por tanto, dejan de ser fértiles, su economía no les alcanza para modernizar sus medios de producción y tienen que dejar de ser pequeños productores, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo en una fábrica donde tienen que empezar a conocer nuevas formas de producción, tienen que especializar su desempeño dentro de la fábrica para que puedan llevar alimento a sus casas. De este modo los jornaleros tienen que salir de sus pueblos para emplearse en la gran industria por un sueldo mísero. Las pequeñas manufacturas, talleres y microempresas desaparecen por los monopolios nacionales y extranjeros. Los obreros son sometidos y explotados, tienen que trabajar más horas ya que el sueldo mínimo de un turno de 8 horas no les alcanza para sostener a sus familias.
Como vemos, para lograr su crecimiento y desarrollo, el capitalismo no solo destruye los modos de producción que le antecedieron, sino también empeora las condiciones actuales de vida de los pequeños productores, jornaleros, campesinos y obreros, sin compasión alguna ya que para el capitalista solo es importante aumentar sus ganancias a costa de nuestro trabajo trayendo consecuencias negativas para las masas trabajadoras.
Pero descendamos más a detalle. En Toluca, por ejemplo, que es una de las zonas industriales más grandes del país, la actividad industrial es muy importante y representa gran parte de la actividad económica del estado de México. Genera empleo pero también las peores condiciones para los obreros, recientemente hablamos con seis trabajadoras de la limpieza que comentaron lo siguiente: la señora Vicenta “N”, nos dijo, nuestro trabajo es muy pesado desde pulir pisos, lavar vidrios, el área de sanitarios; se viven constantes humillaciones y maltrato, las áreas que nos toca limpiar cada día son más grandes, pero nuestro salario es el mismo, si hablamos o protestamos, simplemente perdemos nuestro trabajo, donde burlonamente nos dicen “hazle como quieras, tú siempre saldrás perdiendo, y si no vas a hacer tu trabajo como yo lo digo lárgate de aquí”.
La señora Lucia “N” nos comentó que también fue despedida, ella nos habló de la forma tan inhumana en que las tratan, cómo violan sus derechos, y nos comentó que tienen que dar un depósito equivalente a su primer sueldo para que contraten nuevamente sus servicios.
La señora Antonia “N” nos explicó que cada vez que llega su día de pago le descuentan argumentando que no hizo bien su trabajo y, además, pierde su bono; cabe señalar que en su contrato tiene un salario establecido el cual nunca se cumplió, es una señora de 51 años con un hijo discapacitado, razón por la cual, por necesidad, tuvo que soportar mucho tiempo esta injusticia y el día que protestó, también la despidieron.
La señora Maricela “N” sufrió dentro de su empresa, hostigamiento y maltrato por parte de su supervisor y compañeros de trabajo por órdenes del jefe de piso, ella es madre soltera y, por la necesidad y los gastos de su familia, aguantó estos tratos. El día que fue a denunciar a sus compañeros con los jefes le dijeron que lo revisarían, pero unos minutos más tarde la encargada le pidió que se retirara del lugar argumentando que no llevaba la camisola, ella respondió que solamente le habían entregado un uniforme y no era su talla, que en varias ocasiones ya había solicitado uniforme pero no se lo habían proporcionado, en respuesta solo recibió gritos de la encargada diciéndole ¡” retírate ya”!
La señora Vicenta “N” en la etapa de preconciliación logró obtener una pequeña gratificación, ya que cuando se enteró que podía hacer valer sus derechos ya habían pasado los dos meses que establece la ley para promover su indemnización. Las otras tres señoras ya llevan su proceso por despido injustificado en el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. Sus otras dos compañeras Paz “N” y Leticia “N” aún no se han decidido a promover alguna demanda.
Como vemos, se da mucho como trabajadores que nos dan miedo las amenazas de los patrones y muchas veces por necesidad tenemos que callar y trabajar en empresas que no cumplen con la ley sufriendo permanentes maltratos e incluso acoso. Y cuando se deciden llevar su proceso legal tienen que faltar a su trabajo los días que son citados ante las autoridades laborales, además de que se enfrentan ante el maltrato de los propios conciliadores quienes muchas veces, en la etapa de preconciliación, favorecen a las empresas. Hechos que demuestran que también las instituciones encargadas de impartir justicia laboral están creadas para favorecer a los patrones, a los empresarios, a los capitalistas.
Así podemos ver que el capitalismo crece y se desarrolla en nuestro país, y con él la explotación del trabajador en favor de los dueños del dinero, pero la historia también nos demuestra que la unión de los trabajadores y su lucha organizada obtiene resultados favorables. Poco a poco, sumando y conquistando pequeñas batallas, los trabajadores habremos de encontrar el camino para nuestra emancipación. No te calles y has valer tus derechos.