Los bajos salarios obreros significan grandes ganancias patronales

Ernesto Acolmixtli

Es un hecho demostrado que el salario del obrero y la ganancia del patrón salen de la misma fuente generadora: el trabajo de los obreros, es decir, el trabajo asalariado. La riqueza material no la crean los empresarios o las maquinas del patrón por sí solas, la crean los obreros. La riqueza material es el conjunto de mercancías producidas por las manos de los obreros al echar a andar las máquinas para transformar las materias primas y cuando están terminadas son finalmente propiedad del patrón.

El patrón por ser propietario de los medios de producción, a través de sus directivos, controla todo el proceso de producción y, cuando están terminados los productos, vende las mercancías y recibe el pago por la venta de estas. Del dinero obtenido por dichas ventas, reinvierte una parte, paga el salario de los obreros y, además, se queda con una ganancia que también fue generada por los trabajadores. Si comparamos la ganancia que se apropia el patrón con el salario que le paga al obrero, el salario de este siempre será mucho muy pequeño.

Esta división que hace el empresario de ganancia y salario cuando vende las mercancías, la calcula y decide el mismo patrón, no le pregunta al obrero si su salario le alcanza o si es justo, la deciden los patrones como clase capitalista, cuidando sus intereses y nada más.

Con todo cuidado calculan cuánto dinero necesita un obrero para vivir trabajando, sin enfermar o debilitarse gravemente, además, para que pueda sostener a su familia con lo mínimo necesario, para criar y hacer que crezcan sus hijos, que en el futuro serán los obreros de los futuros patrones que heredarán sus empresas. Esos gastos fundamentales, básicos, del obrero y su familia (alimento, medicina, ropa, calzado, techo, etc.) tienen un costo, y ese costo sumado es el monto del salario del obrero.

Así calculan el salario del trabajador los capitalistas, procurando quedarse con el máximo de ganancia. Por eso el obrero no puede elevar su nivel de vida nunca: vive mal, con muchas carencias, siempre ajustado, pues recibe solo el salario necesario para comer, descansar, reponer sus fuerzas y nuevamente volver a trabajar al siguiente día, repitiendo el proceso de producción de mercancías para generar, otra vez, su salario y la ganancia del patrón.

Esta distribución de ganancia y salario es la base de la distribución de toda la riqueza en México: nos divide en ricos y pobres, nos divide en clases sociales, donde la clase que produce la riqueza son los trabajadores pobres y la clase que no produce, son los ricos, los patrones. Esta injusta distribución de la riqueza es muy desigual en nuestra patria y es de las más desiguales en el mundo, es, por tanto, el principal problema social de nuestro México, de donde se derivan todos los demás problemas de país. Solo veamos ¿dónde viven las familias obreras, qué comen, cómo visten, qué educación y qué medicina reciben, con qué servicios públicos cuentan? y, por otro lado, veamos la vida de los ricos patrones y sus familias que nadan en la abundancia y los lujos.

Pero ilustremos un poco cuán grande es la diferencia entre el salario de los obreros y la ganancia de los patrones. Tomemos dos casos emblemáticos de la realidad mexicana y veamos con datos sólidos, cómo se distribuyó la riqueza entre obreros y patrones durante los seis años del gobierno de López Obrador, quien tanto habló de acabar con los ricos neoliberales y poner en primer lugar a los pobres.

Los ejemplos que veremos son los peces más gordos de México, los patrones más ricos de nuestro país: Carlos Slim Helú, dueño del Grupo Carso y Telmex, el empresario más rico de México; y German Larrea dueño del Grupo México y Ferrocarriles de México que es el segundo empresario más rico del de nuestra patria.

Carlos Slim Helú, dueño de “Telmex” y de “Carso Infraestructura” y muchas empresas más, comenzó el gobierno de López Obrador con una fortuna de 49 mil 100 millones de dólares. Seis años después, cuando López Obrador terminó su mandato, Carlos Slim tenía ya una fortuna de 89 mil 600 millones de dólares. Aumentó su fortuna sumando 40 mil 500 millones de dólares, gracias al gobierno de su amigo López Obrador. El mismo AMLO lo dijo en un acto público: “Y yo también soy responsable de eso” (Pool CEO, diciembre 21, 2023).

Pues como no va a ser responsable Obrador de hacer grandísima la fortuna de Slim, sí le entregó el Tramo 2 del Tren Maya, un gran contrato en la refinería de Dos Bocas y más 59 contratos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Y para dejar más claro cómo le ayudó, basta decir que le entregó el 100 % de participación en los campos petroleros Ichalkil-Pokoch en Campeche, ahora Carlos Slim se ha convertido en un gran petrolero gracias a su amigo y socio AMLO.

Pues bien, todos estos negocios que AMLO le entregó a Slim, más otros que ya tenía, los operan todos los días más de 289 mil trabajadores, según cifras de 2020, y estos trabajadores mexicanos que le dan vida a sus empresas, le dan a ganar 800 millones de pesos al día (Ámbito México, diciembre 2024). De ahí viene su fortuna, del trabajo de los obreros, de los bajos salarios que les paga a sus empleados y de la máxima ganancia que se apropia.

Germán Larrea, el llamado “Rey del Cobre”, es el segundo empresario más rico del país, acrecentó su riqueza en diez veces durante el sexenio de López Obrador, al pasar de 3 mil 530 millones de dólares en noviembre de 2018 a 37 mil 200 millones de dólares en 2024. Multiplicó 10 veces su riqueza, gracias a AMLO y a la 4T.

Este empresario y su corporativo “Grupo México” explotan 604 concesiones de extracción minera de cobre y otros metales, muchas de estas operaciones no cuentan con permisos de explotación vigentes, pero López Obrador y la 4T lo protegieron, nunca le exigieron legalizarlas, esto le permite al magnate tener explotaciones sin ninguna regulación laboral y pagar bajos salarios para obtener mayores ganancias. En las minas que explota y son legales, Grupo México emplea 29 mil 169 trabajadores y en su empresa asociada que se llama “Soutern Copper” trabajan 15 mil 810 obreros, en ambas obtienen enormes ganancias debido a que los mineros trabajan hasta 11 horas diarias con bajas prestaciones, mediante contratos de protección firmados con el sindicato charro de la CTM que protege a la empresa.

Además, Germán Larrea es dueño de una flota de 816 locomotoras de tren y 26 mil 319 carros de ferrocarril, es prácticamente dueño de todos los trenes de México, y en este ramo empresarial trabajan 30 mil 263 empleados que son la gran fuente de ganancia para el magnate, datos de 2019 según el Informe Anual Financiero Ferromex.

Germán Larrea es también dueño de la cadena de cines “Cinemex”, en cuya división empresarial trabajan 11 mil empleados (Real Estate, Maret y Lifestil, 1 de julio 2025), y donde estos se quejan de sus malas condiciones laborales, de salarios bajos y de no recibir utilidades, a pesar de que estos cines dejan mucha lana. Finalmente, la constructora “México Proyectos y Desarrollos”, donde también emplea miles de trabajadores que se quejan de malas condiciones laborales; empresa que ha realizado 200 grandes obras en 24 estados de la república mexicana y ha perforado más de 400 pozos petroleros en territorio nacional, gracias al gobierno morenista (Infobae, 19 mayo, 2023). Este es otro ejemplo de una gigantesca fortuna acumulada mediante la explotación de los trabajadores, ahora con el respaldado de la 4T.

Como vemos en los dos ejemplos, los patrones más ricos de México tienen trabajando para ellos a cientos de miles de trabajadores en sus distintas empresas, produciendo la riqueza que ellos disfrutan, pues los patrones son quienes todos los días reparten el salario y la ganancia en favor de sus mezquinos intereses. Esto sucede en todas las empresas de México, grandes y chicas, siempre el empresario “repartirá el queso” y se quedará con la mejor tajada, mientras al obrero le paga salarios de hambre.

Ya vimos de dónde sale la ganancia de los patrones y ahora comparemos esas ganancias con los salarios de los trabajadores. En México, según el INEGI, existen 23 millones de trabajadores con salario mínimo de 278 pesos diarios. Finalmente, comparemos las ganancias de Carlos Slim de 80 millones diarios, con el ingreso de un obrero que recibe un salario mínimo de 278 pesos diarios. ¡Una diferencia descomunal!

En suma, los que producen la riqueza en cualquiera de sus formas son los trabajadores de la ciudad y el campo, incluyendo la ganancia del patrón. Además, dependiendo del número de obreros que tenga el empresario, aumentará o disminuirá su ganancia total. Si paga bajos salarios, no da prestaciones y hace trabajar mucho a los obreros, su ganancia aumenta mucho más, como sucede en México. Por eso decimos que los bajos salarios obreros son la explicación de las grandes ganancias patronales.

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