Arturo Castillo
“Estos casi dos millones de muertes prematuras son evitables. Es necesario tomar medidas basadas en las investigaciones disponibles para abordar la naturaleza evolutiva de las amenazas para la salud relacionadas con el trabajo. Garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores es una responsabilidad compartida del sector salud y del trabajo”, declaró la Dra. María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un comunicado de prensa conjunto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, el 17 de septiembre de 2021.
El resultado del estudio indica la existencia de 19 factores de riesgo ocupacional, entre ellos, la exposición a la contaminación del aire por más de 250 asmágenos que han sido identificados como agentes causales en el desarrollo de asma ocupacional provocada por sustancias carcinógenas. De modo que el riesgo principal en el trabajo, durante largas jornadas laborales, fue la exposición a la contaminación del aire por sustancias nocivas contenidas en polvos, gases y humos que han provocado la muerte de más de 450 mil trabajadores.
En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al 31 de enero de 2024, reporta tener registrados a 22 millones 133 mil 407 trabajadores, siendo el IMSS la única institución de seguridad social que informa anualmente de los accidentes y enfermedades de trabajo ocurridos; al respecto se califican en promedio 13 mil casos de enfermedades de trabajo por año y más de 300 mil accidentes laborales (equivalente a más de 800 trabajadores lesionados diariamente en los centros laborales) de los cuales 340 fallecieron, según su informe del 26 de abril 2023. Las cifras son escandalosas, esto sin contar los miles de obreros accidentados que las empresas ocultan o de aquellos trabajadores que carecen de seguridad social porque los patrones buscan liberarse del pago de cuotas al IMSS.
En la página del IMSS del 4 de octubre del 2023, día de la Medicina del Trabajo, reporta contar con 1,146 especialistas en medicina del trabajo para prevenir y reconocer daños a la salud en el entorno laboral, lo que representa un médico especialista por cada 20 mil trabajadores expuestos diariamente a riesgos laborales. Por esta razón, resulta un verdadero calvario para los obreros acudir a las clínicas del IMSS a solicitar el servicio de medicina del trabajo; y cuando bien les va, después de esperar horas y horas para una revisión superficial, solo les recetan su paracetamol.
Esta es la cruda realidad de la vida de la clase obrera, de la clase social que sostienen la economía de nuestro país, de los trabajadores que de día y de noche entregan sus energías en las empresas para cumplir con la tarea productiva, cueste lo que cueste y a costa de su salud, para que finalmente el producto de su esfuerzo solo sirva para obtener fabulosas utilidades que se embolsan los patrones a cambio de la misera parte que reciben como salario que, además, se ve reducido porque se le descuenta el pago de impuestos así como las cuotas al IMSS. Por ello, los trabajadores deberían de ser los mejores atendidos en su salud, quienes deberían conseguir una mejor educación para sus hijos y una vida más digna para su familia. Pero no, las cosas no son así, y para burla del pueblo trabajador, el representante de la clase capitalista se atrevió a afirmar que “la atención de salud en México es mejor que la de Dinamarca”.
Para que haya menos accidentes y enfermedades por el trabajo se requiere de una real protección preventiva en sus condiciones laborales y una verdadera atención en la salud del pueblo trabajador. Sin embargo, para que esto suceda hace falta cambiar el modelo económico existente y la desigual repartición de la riqueza social, pero este cambio jamás será obra de los dueños de los capitales y de los partidos políticos que hasta ahora han gobernado nuestro país.
Solo el pueblo trabajador puede remediar sus propios males, acabar con la explotación que sufre por parte de los poderosos, para ello hay que levantarse con dignidad y valentía, prepararse y organizarse para sacudirse primero al charrismo sindical (ahora encubierto en la casaca morenista) y avanzar en la construcción de un partido auténtico de la clase obrera que sea capaz de construir una sociedad más justa y equitativa.