No es un secreto que el gobierno federal, desesperado por ganar las elecciones de este año, decidió romper los cochinitos que no tenía, para canalizar miles de millones de pesos a un gran número de mexicanos, a través de diversos programas sociales -que ya se ha acreditado que no han sido objeto de una evaluación seria sobre su real eficacia-, y por supuesto, para poder concluir esas mega obras públicas, que no han podido demostrar son obras que tendrán un elevado impacto social. Sabemos que han demandado cientos de miles de millones de pesos, muy por encima de los costos originalmente prometidos, pero que impulsados por los caprichos presidenciales, el gobierno federal busca concluir este año.