Nataly Barrera
La historia nos explica que los primeros hombres que habitaron la tierra necesitaron trabajar en colectivo para sobrevivir y poderse alimentar de frutos, raíces y la caza de animales. Un dato importante en esta etapa es que el hombre tomaba lo necesario para su alimentación sin que nadie se lo prohibiera, el animal que se cazaba o los frutos que recolectaban en conjunto no tenían dueño. Pero ¿cómo cambió esto?
Con la creación de herramientas, resaltando el arco y la flecha, el hombre fue especializando sus actividades, el uso de estas no requería de un colectivo para cazar el animal ya que sus armas e instrumentos facilitaban su tarea y hasta un solo individuo conseguía realizarla. De esta forma los integrantes de la tribu diversificaron sus actividades y surgió así la agricultura.
El hombre dijo es mi herramienta y es mi tierra, con la propiedad privada de los instrumentos y medios de trabajo se origina un excedente en los bienes de producción y consumo, y con ello surge el esclavismo: el dueño de las herramientas y las tierras necesitaba de más hombres para realizar el trabajo. Unos cuantos poseedores dominaron a miles de desposeídos, obligándolos a trabajar de sol a sol sin descansar para poder así explotarlos de forma ruin, hasta que el esclavo no aguantó más la vida miserable que le daba su amo y al no ver otra salida decidió dejarse morir, quedando el esclavista sin suficiente fuerza de trabajo para seguirla explotando.
De están manera surge el feudalismo como un nuevo sistema económico de producción: donde el esclavo pasa a ser el siervo de la gleba, que estaba obligado a vivir y trabajar para producir alimentos y bienes materiales que le generaran riqueza al dueño de la tierra, al señor feudal; surge así una nueva forma de explotación en donde el señor feudal le prestaba una pequeña fracción de su tierra al siervo de la gleba para que este y su familia pudieran alimentarse y sobrevivir. Pero en muchos casos esta tierra no fértil y las extenuantes jornadas de trabajo al servicio del señor feudal no le permitían obtener mayores beneficios para él y los suyos, esto origino hambre y descontento.
Por otro lado, además de la agricultura surgieron otras actividades productivas: para poder vivir, los hombres empezaron a producir objetos útiles que pudieran intercambiar por alimento, con el paso del tiempo llegó el momento que muchos de los hombres que cultivaban dejaron el campo, se trasladaron a las nacientes ciudades para establecer talleres y producir utensilios, ropa, calzado, muebles y demás mercancías que podían intercambiar para luego obtener los satisfactores que requerían ellos y sus familias.
Poco a poco surgieron los gremios de artesanos, zapateros, herreros, carpinteros, alfareros, etc., se abrieron camino trasladándose de un lugar a otro para intercambiar sus mercancías y esto provocó una enorme demanda social. Los artesanos se dieron cuenta que no bastaba con sus manos ni la de su familia, necesitaban más trabajadores, pero los señores feudales tenían sometidos a los siervos de la gleba y hasta construyeron fortalezas para vigilar sus territorios e intereses.
Pero los maestros artesanos y comerciantes, que se asentaron en pequeñas poblaciones llamadas burgos, conocían del descontento de los siervos de la gleba y no perdieron la oportunidad de incitarlos a rebelarse en contra de los señores feudales enarbolando la bandera “por la libertad del siervo de la gleba” pero, en el fondo, el verdadero interés de los burgueses era contar con una mayor fuerza de trabajo, con mayor mano de obra para producir los bienes que demandaba el mercado. La navegación y el comercio comenzaron a desarrollarse y muchos señores feudales fueron destinando parte de sus riquezas en estas actividades. Surge entonces un nuevo sistema económico de producción: el capitalismo.
Estos siervos de la gleba que abandonaron el campo para sumarse al ejército de artesanos y productores de mercancías ¿qué obtendrían a cambio? Un salario. Así surge la clase obrera. Creando mercancías con las manos de la clase obrera para satisfacer la demanda del mercado mundial, los burgueses acrecentaron entonces sus ganancias y sus riquezas, a cambio de ofrecerle a los obreros un misero salario. Queda claro entonces que desde entonces el burgués vive de nuestro trabajo, del trabajo del obrero.
Ahora bien, la ambición de los burgueses, de los capitalistas, no tiene límites y han construido un sistema económico explotador que inevitablemente provoca pobreza, desigualdad, desempleo, hambre, guerras, muerte, arrasa con todo, solo le importa la ganancia, acumular riqueza y más riqueza, concentrar el poder económico, crear una hegemonía absoluta, una hegemonía imperialista que busca el control de la economía capitalista mundial y sus trasnacionales, el control político de las naciones, la imposición de sus intereses por encima del ordenamiento jurídico internacional utilizando la agresión militar como forma superior de imposición del terror sobre los pueblos del mundo entero.
Hoy por hoy vivimos en esta fase, la del imperialismo. Y tú trabajador eres su ficha principal y necesaria, eres el productor de bienes y servicios, el productor de las mercancías que, a cambio de un salario de hambre, genera las ganancias de los patrones capitalistas, pero para cumplir su cometido te necesita sometido, sin conciencia de clase, mal alimentado, con una necesidad por la cual te calles y no exijas tus derechos.
He aquí la respuesta del por qué no puedes vivir dignamente de tu trabajo y solo tienes ingresos para sobrevivir, es importante saberlo y que sepas que existen alternativas, que existe un orden económico distinto al que ha impuesto el capitalismo en su fase imperialista. Hay una propuesta internacional que se opone al imperialismo y de la que nos debemos interesar, el establecimiento de un mundo multipolar que propone condiciones de desarrollo económico más equitativas para todos los países, incluido el nuestro, es decir, que propone mejores condiciones de vida para ti y tu familia.
El capitalismo en México está generando pobreza y una creciente desigualdad, y los trabajadores que producimos la riqueza social jugamos un papel fundamental para combatirlo, es por ello que debemos unirnos, organizarnos y luchar por mejores condiciones de vida. Comencemos por organizarnos sindicalmente, por exigir que cambien las condiciones laborales en la fábrica donde trabajas, con un sindicato que en verdad vele por tus intereses, te los explique y te enseñe el camino de lucha combativa en defensa de tus derechos laborales.